José Luis Torró*
“El día del Señor San Dionisio, a las siete de la mañana, el archivero del Racional enarbola el Estandarte con la Señera o divisa del murciélago y en lengua materna Rat Penat, y le deja sobre el balcón de encima la puerta de la Casa de la Ciudad…”. Así da comienza el Jurado 2º de Ciudadanos, Félix Cebrián y Aracil, el capítulo que dedica al ceremonial del 9 d’Octubre, si bien en este caso aparece titulado como “Día de San Dionisio Areopagita”, en el libro “Ceremonial de las asistencias y funciones de los muy ilustres señores Jurados, Racional, Síndicos y otros Oficiales de la Muy Ilustre, Egregia, Noble, Magnífica, Coronada y dos veces Leal Ciudad de Valencia”.
Estamos en 1693. Félix Cebrián recopila en un volumen de gran formato (32 x 45 centimetros) con una muy hermosa caligrafía cuantas disposiciones se conocen “recopiladas de los libros antiguos de memorias, órdenes reales y observaciones”, y que considera de interés sobre los procedimientos al que debían atenerse los regidores de la ciudad de Valencia.
Dionisio y Dionis
El relato de las fiesta de San Dionisio, así como el protocolo que debe observarse por parte de todas las autoridades, aparece detallado minuciosamente en este códice. A partir de su página 163 y en las siete siguientes, se ordena el boato y ceremonial del 9 de Octubre, denominado indistintamente como Día de San Dionisio, San Dionis e incluso S. Dyonis, conmemoración de la que se dice se lleva a cabo “en memoria del feliz logro que tuvo esta Ciudad siendo ganada de poder de los sarracenos a 28 de Setiembre, y aver entrado en ella triunfante el invictíssimo S. Rey D. Jayme el Conquistador a 9 de octubre de 1238. Regocija la Ciudad tan gustoso recuerdo con luminarias, y faroles, assi en el Micalete, Casa de la Ciudad, Torres de Cerranos, y Quarte, como en las cassas de los Oficiales de dicha ciudad, dando muros y valles lo precisso a los de la Junta para el lucimiento”.
Si a las siete de la mañana del día 9 ya vimos a un madrugador Archivero del Racional enarbolar el estandarte con la Senyera; a las nueve horas, se narra en el libro del Ceremonial… “se junta la Ciudad en la Sala dorada, y el Justicia Criminal, teniendo quien le avise, de que quiere empezar la missa en el Iglesia mayor, o que han empezado según lo apartado que se halla de la Cassa de la Ciudad, mide el tiempo, y va a la Sala vestido de gala, en forma de Tribunal, el Assesor a mano izquierda, a proa el lugar Tiniente y Escrivano, y un Cabo de Guayrta a cada portilla, los otros Cabos de Guayta en los coches, que tiene prevenidos el Justicia, y los porteros delante a pie”.
Como puede observarse, la minuciosidad y los detalles son de lo más precisos: “Llegan a la Cassa de la Ciudad, y dando aviso al Verguero que esta de Guardia, salen los Jurados con Gramallas, midiendo el tiempo de encontrarse al Justicia en el transito de de enfrente de la escalera”.
Después de apuntar en un croquis el lugar en que cada una de las autoridades ocupará su puesto en la capilla para oír la misa, se nos dice que acaba esta “adoran la reliquia del Señor S. Jorge y se passan a Sala dorada a esperar el aviso que participa el maestro de Ceremonias del Cabildo dando razon como estan concluidos los oficios, si este aviso llega oyendo missa, después de ella desde la Capilla, como de la Sala dorada, van assí a la Seo, y al salir la Ciudad por la puerta principal, doblando a mano derecha se pone en una linea, con el Justicia enfrente de la tribuna, a la qual sube el Racional, y toma el Estandarte, de cuya mano passa ala del Justicia, a cuyo tiempo la Compañía del Centenar, que esta en la plaza de la Seo, hace la salva”.
Innovación en el libro del Ceremonial
La exposición que hace Félix Cebrián y Aracil nos permite conocer un detalle sobre la fiesta del 9 de Octubre que dice así: “El Racional baja de la Tribuna y toma la Espada del S. Rey D. Jayme el Conquistador, y se la pone al hombro, cuya introducción se innovó a 9 de octubre de 1666, por parecer a la Ciudad, que siendo esta espada la que sirvió al Señor Rey D. Jayme en todas las batallas tan timida y respetada de todas las naciones, llenando el Orbe de Triunphos, no avia razon de tenerla oculta, sino mostrarla en semejante día, quando ella tuvo tanta parte en la Conquista de esta Ciudad”.
El relato de los modos en que se lleva a cabo la celebración religiosa es pormenorizado, de modo que ninguna autoridad pueda saltarse el protocolo tratando de ubicarse en lugar distinto al señalado.
Invito al lector a que descubra por sí mismo lo mucho que tiene de interés este libro del Ceremonial, una obra que el Jurado 2º de Ciudadanos, Félix Cebrián, dio comienzo en 1663. Ese mismo año, con fecha 17 de febrero, los muy ilustres Jurados, Racional, Sindico y Catorce Prohombres del Quitamiento, mandaron que se imprimiera, aprobando la existencia de provisión para ello. El códice del Ceremonial, por causas que desconocemos, nunca llegó a ser impreso, ni cual fue el destino de la provisión acordada en ese sentido. En el año 2002 la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Valencia aprobó un convenio con una empresa valenciana para su reproducción en edición facsimilar. Quien esto firma, promotor de aquella iniciativa editorial, quedó tan prendado del códice que no dudó en dar el nombre de Ceremonial Ediciones a la sociedad que habría de editarlo en 2003. El lector interesado en conocer más detalles de este libro puede obtener dicha información en el Palacio de Cervellón, sede del Archivo Histórico de Valencia, y donde se custodia esta joya de nuestra bibliografía. O también en www.facsimilesceremonial.com
* José Luís Torró, Periodista y editor del libro del Ceremonial